Origen del proyecto
Básicamente viene de las ganas de escribir algo sencillo, sin mucho jaleo de preproducción ni producción, exteriores, solo dos personajes, etc etc. Pero fue mentira, desde que escribí este guión hasta su rodaje han pasado tres años; primero porque se quedó en el cajón a falta de valentía para rodarlo, y luego porque te das cuenta que aún así siempre hay “peros” que no se solucionan tan fácilmente. De todos modos, en este mundo, si quieres ir “tirando” hay que olvidarse de los miedos, prejuicios y todo lo que te ate a la “inactividad” y a la espera de esa llamada de teléfono que te mantiene en un sin vivir y que nunca llega. Debemos ser nosotros los que hagamos por nuestra carrera y los que nos hagamos esa llamada. Y eso fue lo que pasó cuando Nayra Ortega y yo, estando en El Retiro, nos pusimos de acuerdo en que teníamos que hacer algo juntos y fue cuando le dije “¿Te acuerdas de aquel guión que tengo de una pareja? ¿El de las pistolas?”
En cuanto a la historia en sí, se trata de algo que creo que nos ha pasado a todos o casi todos los que hayamos tenido una relación estable. Llega un momento en el que están tan limadas que cualquier desencuentro es un auténtico duelo, sobre todo de orgullos, que nos hace estallar por tonterías.
¿Cuáles son las sensaciones de estar dirigiendo y a la vez actuando en tu corto?
Durante todo el rodaje mantienes unas dudas porque no estás 100 % en los dos sitios, sobre todo para el primero, tienes que delegar sí o sí en los demás. A esto hay que añadirle todo el proceso de preproducción, en la cual llevaba gran parte del peso porque es tu historia, la que tu quieres contar y la que tu sólo sabes cómo quieres contarla, y sobre todo porque este proceso lo he llevado desde Madrid y no tenía un trato directo con los compañeros. La última semana antes del rodaje, ya había viajado a Gran Canaria, y fue frenética: Reuniones, sesiones de fotos, confirmación de localizaciones, ensayos,… todo eso que no pude hacer porque estaba en Madrid, se vio comprimido a la última semana.
Pero lo dicho anterior, tienes que delegar en el equipo porque para eso están, para ayudar. Una vez que di ese paso la verdad que todo fue mejor, todos cumplieron con su labor al 150 %. Ni mucho menos la experiencia de dirigir e interpretar a la vez ha sido negativa, creo que ha fortalecido estas dos inquietudes que llevo dentro. Ahora si me preguntas si lo volvería a hacer, te diría que lo dudo.
Corto financiado vía Crowdfunding ¿cómo ha sido la experiencia de financiarlo a través de esta nueva forma?
Pues estoy infinitamente agradecido ¿qué puedo decir? Gente que pone dinero en tu proyecto, para fomentar tu ilusión sin más intención que ayudarte a cumplir tus sueños.
Estaba casi convencido de que sí lo podíamos conseguir. El esfuerzo durante cuarenta días (el tiempo que tienes para conseguir el dinero) fue bastante importante: via emails, vía facebook, alguna que otra llamada telefónica, durante todos los días y varias veces al día. En este sentido Nayra Ortega (actriz y también productora del corto) y yo éramos el núcleo de atracción, por decirlo de alguna manera. De nosotros dependía esto, o más bien de nuestros familiares, amigos y compañeros a través de nuestra ilusión y entusiasmo por llevar esto hacia delante. Y la verdad que ha habido una respuesta bastante positiva. Recuerdo un comentario de Nayra, un poco escéptica al principio con esto del crowd funding, cuando conseguimos la cantidad mínima que habíamos establecido “Me has pegado una cachetada sin manos”.
Hoy por hoy con la que está cayendo pienso que el micro mecenazgo puede ser un arma bastante valiosa con la que afrentar la financiación de la cultura, buscar la financiación por nuestra propia cuenta, sea a través de webs que se dedican a ello o simplemente montar tu propia plataforma de micro mecenazgo. Las subvenciones públicas a parte de sufrir grandes recortes estos años no siempre han favorecido a todos de forma equitativa, por lo tanto pienso que se trata casi de una herramienta obsoleta, a parte de peligrosa puesto que de alguna manera establece un clasismo, debido a esa falta de equidad. Mejor mirar hacia otras fórmulas de financiación.
Anécdotas del rodaje
Pues alguna hubo, como por ejemplo ir a rodar con armas de fogueo sin permiso ninguno, y estar pensando constantemente que al cuarto disparo que resonara en la localización iba a aparecer el SEPRONA, los GEOS o cualquiera de estos, que te iban a requisar las armas y que te ibas a quedar sin cortometraje. Y dándole vueltas una y otra vez del porqué se me había pasado por alto ese importante detalle de pedir permiso para rodar. Otra, y que la calificaría como la ANÉCDOTA del rodaje, fue la de llegar a la localización y ver que era completamente imposible rodar allí, porque un gran manto de niebla densa se había posado sobre la presa de Cuevas Blancas y no tenía intención de despejarse al menos en dos o tres horas, y no estábamos para perder tiempo. Y fue cuando surgió el bendito “Plan B”. Conforme subíamos a la presa y veía el panorama iba pensando en una alternativa y recordé un lugar donde Rubén Darío Rodríguez (ayudante de producción en el corto) había realizado un trabajo… total que se lo comenté a Daniel León (ayudante de dirección) y le pareció una buenísima idea. Una vez llegados a la presa y confirmar que era imposible rodar allí, al resto del equipo le pareció fenomenal. El lugar en cuestión era la nave abandonado conocida como “el esqueleto de la ballena” en el Polígono Industrial de Salinetas. Sinceramente, ahora pienso que el “Plan B” era mucho mejor que el “A”.
¿Qué se encontrará el espectador con ‘El Duelo’?
“El Duelo” se trata de un trabajo sencillo y humilde desde su concepción hasta su puesta en escena. Creo que en la sencillez y en el cuidado de su propuesta está el encanto de esta obra. Pero ¿qué voy a decir yo, que soy su padre?
¿Próximos proyectos como director o actor?
Bueno, pues aparte de “El Duelo”, que aún está en proceso de montaje, hay pendiente de estreno tres cortometrajes: “Ego Quoque” de Helena Vega y Paco Marrero, dos cineastas grancanarios y en donde comparto reparto también con Nayra Ortega y Paula Saavedra; y después acabo de terminar de rodar los dos últimos cortometrajes de Daniel León Lacave, rodaje maratoniano en tres días por Madrid, que ha sido muy divertido. También participan Penélope Acín y Mery Rivero. Luego siempre hay ideas e ilusiones, imposibles de llamar aún “proyectos” que evidentemente no se cuentan para que no se chafen. Como director, ahora mismo nada, aunque ando escribiendo.