Josep Vilageliu, cineasta catalán afincado en Tenerife desde 1.973, es realizador de numerosos largos y cortometrajes como son ‘Iballa‘, ‘Venus Vegetal‘, ‘Luna Park‘, ‘Fantasmas‘, ‘En los arrozales‘, ‘Reflejo en rojo‘, etc. Histórico cofundador del colectivo cinematográfico Yaiza Borges en Canarias, que allá por lo años 70 abrió puentes en la producción y difusión del cine en las Islas a través de las voces de sus muchos integrantes.Con motivo del próximo estreno de ‘Nube 9‘, el último trabajo del cineasta catalán Josep Vilageliu, hemos querido traer hasta este blog desde el suyo, sus palabras al respecto de este último trabajo.
Tanto ‘Nube 9‘, como ‘Ángeles‘ de Daniel León Lacave y ‘El Duelo‘ de Borja Texeira, se podrán ver simultaneamente mañana 13 de Septiembre en el TEA Espacio de las Artes en Tenerife (20:30 h.) y en Las Palmas de Gran Canaria el 17 de Septiembre en los Multicines Monopol (20:30).
«El estreno tardío de Nube 9 se superpone a la fase de postproducción de nuestro último cortometraje. Mi pensamiento está más volcado en afinar el montaje de RONDÓ que en la reflexión sobre mi intento de aproximarme a un cine de género muy codificado como es la ciencia ficción y que abordé el año pasado».
«Pero los días se van desvaneciendo y se acerca el momento en que debo mostrar mi obra a personas ajenas a mi círculo de amigos. Más todavía si la obra, tal como está reposando en el disco duro de mi ordenador, sigue todavía incompleta. Debo, pues, poner punto final. Dejar definitivamente cerrado el proyecto».
«El mismo título apareció por un error al crear un grupo de trabajo en Facebook. El encargado de hacerlo, por las prisas no pulsó la tecla de mayúsculas y se grabó un 9 en vez del cierre de paréntesis detrás de la palabra Nube. Sonaba bien, nueve – nube – nueve. Y así se quedó, como un feliz hallazgo. Más tarde me entero que el equivalente en inglés Cloud 9 tiene un significado parecido a “la sexta felicidad” o “el séptimo cielo”. La “nube” estaba apoderándose insidiosamente de mi proyecto».
«Debo adelantar que cuando inicié mi proyecto apenas se oía hablar de “la nube”. En este año transcurrido es muy normal subir fotos o películas a la nube y dejarlas allí. En la nube puedes compartir tus proyectos. La nube, esté donde esté, es un punto de encuentro».
«Había un imagen que rondaba en mi cabeza desde hacía tiempo. La llegada del personaje que interpretaba Eddy Constantine a un hotel de París (en la ficción Alphaville), donde las camareras se ofrecían a los clientes como un servicio del hotel. Eddy Constantine, fiel a su personaje de duro, se la quitaba de encima y protagonizaba de paso un tiroteo de lo más absurdo en una escena propia de los hermanos Marx. Godard engañó a los productores alemanes y transformó lo que debía ser un episodio más de la franquicia de Lemmy en un film filosófico, hipnótico y poético que acabó con la carrera de Eddy Constantine».
«Puestos a jugar con la ciencia ficción, por qué no seguir el ejemplo de Godard que situó su particular utopía en las calles de París prescindiendo de toda la parafernalia propia del género».
«Aunque mi particular homenaje al maestro termina aquí. ‘Nube9‘ no tiene nada que ver con Lemmy contra ‘Alphaville‘. Se aprovecha, al igual que en aquel film, de la estructura de viaje a un no lugar: u (no) topía (lugar), esa palabra que inventó Tomás Moro para la isla de su invención y que luego sería tomada para definir todo un género».
«Así que tenemos un personaje que ha llegado a Nube9 desde el exterior (Miguel Ángel Rábade). Desconoce todo de esta nueva realidad. Un personaje femenino (Chantal Rodríguez), como una Ariadna, le ayudará a desandar el laberinto. El otro personaje femenino (Leonor Cifuentes), se presentará como una sombra de otra vida que ella ha olvidado y él probablemente también».
«A diferencia de otras narraciones que describen otras tantas utopías, aquí no hay una estructura social que se plantee como alternativa. El mundo de Nube9 se circunscribe a una única habitación de hotel que se repite clónicamente. Como en Alphaville, se plantea una utopía pesimista. ¿Se puede escapar del mundo virtual de Nube9? ¿Nos encontramos todos ya, definitivamente, colgados del nuevo paraíso?».
«Para rodar Nube9 volví a los escenarios de Fantasmas (un mediometraje que rodamos en 2005), este no lugar que está tan cerquita de nosotros y que se llama Puerto de La Cruz».
«En esta ocasión, las cosas no rodaron tan fáciles. Empezamos con buen pie en los espacios comunales del hotel. Pero era temporada de verano y había gente. Sentimos a nuestro alrededor una animadversión creciente. Rodamos hasta bien entrada la noche en la habitación. Al día siguiente, sin apenas haber dormido, empezamos tarde, pero debíamos dejar la habitación antes de lo previsto».
«Ramón Santos, ayudado por Aitor Padilla y Eduardo Gorostiza, necesitaban tiempo para fijar con la luz los contornos de una realidad engañosa donde los cuerpos pudieran relacionarse alrededor de una cama. Los personajes escuchan y ven otras realidades, pero al espectador se le niega esta posibilidad, al igual que al viajero».
«Dispusimos un simple espejo en la habitación, como una puerta de entrada o como un ojo o como uno de estos espejos que se prodigan en el cine y que nunca reflejan la misma cosa aunque lo parezca. No queríamos pantallas de televisores ni de ordenador (en realidad, el espejo nos ayudó a enmascarar el televisor que estaba fijado en la pared)».
«El guión, que sobre el papel prometía una buena historia, empezaba a desbaratarse. Añadí escenas, eliminé otras. De repente, como ocurre con algunos escritores en medio de la escritura de una novela, los personajes adquirían otros rasgos y empujaban la historia en una dirección no prevista. Apareció una historia de amor con ecos resnerianos».
«Tras muchas vacilaciones, encontré finalmente el espacio para representar el inframundo. Ramón Santos resolvió los planos más fantasmagóricos con un simple y eficaz juego de luces, más propio de Méliès que de los actuales procesos de postproducción. Elena diseñó el vestuario y Verónica Galán propuso un simple garabato en el maquillaje para representar la uniformidad de los habitantes de Nube9».
«René Martín va por la tercera versión de la música del corto. Tampoco él parece estar muy seguro del terreno que pisa. Como tampoco lo estaban los actores. Cuando rodábamos la última escena, de repente empecé a darles instrucciones que nadie comprendía y que nunca habían estado en el guión. ¿Por qué debían caminar con los ojos cerrados?».
«Creo que también nosotros habíamos entrado en la Nube9 (quizás aquella noche en el hotel, esperando que amaneciera, en un despiste) y me temo que todavía no hemos podido encontrar la salida. Espero que el próximo estreno nos libere y podamos afrontar el siguiente proyecto».