Hoy será Diego Betancor (Tenerife, 1989) quien abra la sección “cortomanía” con Cama blanca, protagonizado por Fernando Tejero y por la actriz y presentadora Paola Bontempi, basado este en un cuento del mismo nombre, del escritor Manuel Hidalgo. Acompañados de un elenco de secundarios interpretados por Terele Pávez, Mariano Venancio, Azucena de la Fuente y Reyes Calzado.
Filmado totalmente en Madrid, en Cama Blanca el joven direcor Diego Betancor nos cuenta el encuentro casual de Juan (Fernando Tejero), un hombre de 40 años, y de Diana (Paola Bontempi) durante la inauguración de una galería de arte.
Tuvimos la oportunidad de que el propio director nos contara un poco sobre este trabajo. Y esto fue lo que nos dijo.
«Empezó como un proyecto muy chiquitito, tenía 1500€ ahorrados de pequeños premios que había ganado con mi anterior corto «Ernesto solucionador de vidas» y me apetecía rodar algo sencillito. Paola Bontempi fue lo primero que tuve claro en el corto, luego tuve la suerte de conocer a Fernando Tejero y me pareció perfecto para el papel de Juan; le pasé el guión y le gustó.»
«A medida que avanzaba la pre-producción el corto iba creciendo, sentía que se me iba la cosa de las manos. Para los papeles secundarios contacté con actores con los que ya había trabajado antes (como es el caso de Azucena De La Fuente, Mariano Venancio, Pedro María Sánchez, Ana Hernández Sanchiz y Reyes Calzado) y con Terele Pávez, a la que conocí cuando vino a nuestro festival Ateneo Coste Cero. Fue una gozada trabajar con con actores profesionales, he aprendido muchísimo de cada uno de ellos».
«El texto de Manuel Hidalgo nos daba mucho juego. Paola Bontempi, Fernando Tejero y yo quedamos varias veces para ensayar. Poco a poco fuimos descubriendo a los personajes, a los que construimos entre los tres. Nos sirvió mucho romper clichés, jugábamos a pasar el texto interpretando cada vez a un personaje diferente (un psicópata, un borracho, un torpe…). Al final encontramos a Juan y a Diana. A nivel de interpretación es un corto que se podía hacer de mil maneras distintas».
«Ahora veo el corto y hay muchísimas cosas que haría de manera distinta si lo volviese a rodar. Fue un gran aprendizaje. Cada uno de los componentes del equipo, formado en su gran mayoría por profesionales, me aportó algo. En el rodaje de mi siguiente cortometraje «La noche rota» me sentí mucho más cómodo y pude ver lo mucho que aprendí con Cama Blanca. Eso sí, este aprendizaje no acaba nunca».
«Me resultó muy duro eliminar una secuencia que rodé. En ella salían Pedro María Sánchez, Ana Hernández Sanchiz y Manuel Hidalgo, tres personas a las que quiero y admiro mucho. Carlos Agulló, el montador, me hizo ver que aquella secuencia no aportaba nada a la película. Me costó mucho decirles a los tres que finalmente no saldrían en el corto, ya que habían invertido su tiempo y cariño en el corto, pero lo entendieron perfectamente».
«Tuvimos la suerte de encontrarnos con Santiago Echeberría, el dueño de la galería de arte en la que rodamos. No solo nos la cedió para el rodaje, sino que puso todo lo que estaba de su mano y más. A través de Santiago conocí a Javier Banegas, que nos pintó el cuadro de la Cama Blanca, el tercer protagonista del corto».