Es importante que diga que mi cortometraje «El vuelo del Pingüino» está subencionado por el ICAA, y apoyado por la Productora «El dedo en el ojo» que pertenece a la escuela BANDE À PART. Rodado en Red One, pero el acabado será en 35 mm.
Es un drama con toques fantásticos. La idea que se intenta transmitir con este proyecto es que todo el mundo necesita añadir la magia de una historia o un cuento, es decir, la fantasía a la vida real, porque de este modo una realidad desagradable es mucho más soportable. Todos necesitamos creer en los cuentos, eso quiere decir esta historia. Me encantan los cuentos infantiles, el mundo de los sueños la imaginación y la fantasía. Y al fin y al cabo hacer cine no deja de ser otra manera de contar cuentos.
Lo más interesante de la experiencia ha sido ver como todo un equipo trabajaba a fondo por un mismo proyecto. Y la sensación de que en el rodaje poco a poco se van construyendo las imágenes que una vez estuvieron en tu cabeza. Esa experiencia asusta a la vez que se vuelve ciertamente adictiva. En el cortometraje he trabajado tanto con actores de alto reconocimiento como Sílvia Sabaté, como con peques de cinco añitos. Y aunque ha sido agotador, también ha sido una preparación potente para futuros trabajos que tengan que venir. Además de una útil práctica a diferentes niveles en dirección de actores.
Para la creación de los pingüinos y el dragón-tren en 3D contamos con la colaboración de Digital Dreams, que están haciendo un trabajo estupendo. Resulta extraño ver como un proyecto tan intimo y pequeño, crece enormemente gracias al pequeño aporte de todos.
Tanto la fotografía de Francesc Roig, la dirección de arte de Arielli Serpa o la ayudantía de dirección por parte de Christian León han sido de vital importáncia para consguir el resultado que hemos logrado. Ahora se trata de mezclar todos los ingredientes y esperar que nos salga un sabroso trabajo.
Tan lejano que resultaba para mi de poder llevarlo a cabo y ahora el resultado es, podriamos incluso decir que hasta mágico.