Josué es un joven director de cine que se traslada a Madrid para cumplir un sueño: rodar su primera película. Se ha propuesto documentar toda su experiencia en la capital con una cámara que lleva consigo. Sin embargo, al instalarse en su nuevo piso comienza a grabar algo más, cuando escucha a un violento vecino que maltrata a su mujer y del que sospecha que esconde algo muy oscuro.”
Con esta premisa inicial arranca el primer asalto al largometraje de Josué Ramos, cineasta canario al que ya hemos entrevistado en este blog, y director de cortometrajes como ‘Killing Time‘, ‘La gran propina‘, ‘El corazón de Anita‘ o ‘Ánima‘.
En La Noche Intermitente le hemos podido entrevistar sobre este trabajo, y esto ha sido lo que nos ha contado.
Origen del proyecto
Involucrado surge como resultado de no poder hacer la película que quería al no encontrar la financiación necesaria. Así que me replantee las opciones y los medios que tenía y se me ocurrió contar precisamente esta experiencia personal, aderezada con un conflictivo vecino que pega a su mujer y que parece estar metido en un asunto muy feo. Este es un caso práctico del refrán “el hambre agudiza el ingenio”, y aunque parezca algo insólito, un ejemplo de como una sola persona puede sacar adelante un largometraje.
Lo cierto es que si no se me hubieran cerrado las puertas seguramente nunca se hubiera gestado la idea para hacer Involulcrado. Que sin ser algo radicalmente nuevo, creo que aporta un enfoque diferente a lo que estamos acostumbrados a ver en este tipo de cine: La bruja de Blair, REC, Paranormal Activity, Monstruoso, etc. Films que normalmente utilizan este formato como herramienta al servicio del género de terror, dejando a un lado otros tan interesantes como el suspense o el thriller.
¿Cómo ha sido desarrollar y rodar este proyecto de largo, a diferencia de tus anteriores trabajos en cortos?
Sin duda, llevar a cabo un largo conlleva mucho más curro, aún en un proyecto de tan bajo presupuesto como Involucrado, ya que lo poco que hay de dinero invertido se contrarresta con el enorme trabajo que hay detrás.
Por otro lado, tampoco es lo mismo mantener la atención durante 10 minutos, que durante hora y media. Desde la estructura del guion hasta el montaje, todo se vuelve más laborioso, aunque en consecuencia debo decir que también más gratificante. Si te apasiona lo que haces, el trabajo no es trabajo.
¿Cuáles fueron tus referencias tanto visuales como de estilo al rodar ‘Involucrado’?
Todo el proceso de rodaje fue muy orgánico e instintivo. Dada la naturaleza de la película, lo que más me importaba era que transmitiera una sensación de realismo en todo momento.
Al afrontar el guion decidí que iba a prescindir de las líneas de diálogo, sustituyéndolas por una escaleta del conflicto que los personajes debían debatir y la conclusión a la que llegar. Por lo que las interpretaciones fueron totalmente improvisadas, algo que los actores agradecieron ya que les proporcionaba mucha libertad, y que a la vez dio a la película de esa naturalidad y frescura que la caracteriza.
Lo mismo ocurrió al grabar, no quise contar con storyboards ni guion técnico. Todo fue fluyendo en el momento, captando el ángulo o el movimiento de cámara que la situación requería en cada escena.
En resumidas palabras, ¿qué se encontrará el espectador al ver un proyecto independiente tan poco común como ‘Involucrado’?
Si quieren ver un film diferente, rodado en primera persona mediante cámara oculta y con una trama llena de misterio, Involucrado es la película.
¿El trasladarse a Madrid, hace ver otra perspectiva de la industria que quizás no se tiene desde las Islas Canarias?
Desde luego, la poca industria audiovisual del país está centralizada en la capital, pero lo cierto es que ni mucho menos fue un cambio radical en cuanto a posibilidades. Desgraciadamente el cine, como tantos otros medios de expresión culturales, no pasa por su mejor momento, y cuando directores consagrados no consiguen financiación para sus proyectos, las posibilidades para las nuevas promesas no son muy alentadoras.
La buena noticia es que en Madrid hay mucha gente con la misma pasión y amor por el cine: desde actores y técnicos hasta salas. Y eso ayuda enormemente a que cada vez más films independientes y modestos vean la luz, cosa que en Canarias puede resultar más complicado o con unas salidas más limitadas debido a las barreras geográficas.
Pues ahora mismo ando metido en el guion del próximo largo. Esta vez será una peli más convencional en cuanto al formato, pero no así en cuanto al género o la trama, ya que promete ser cuanto menos extraña. Por supuesto todo dependerá de la financiación que consiga para llevarla a cabo, pero las cosas pintan bien. Dedos cruzados.