Hoy en nuestra sección “cortomanía“, mostramos un trabajo del realizador canario Aarón J. Melián, “Ante tus ojos“. Cortometraje que ha recorrido los cinco continentes entre premios y selecciones en multitud de festivales, y que ahora podemos ver este enlace.
Sonsoles García, Carlos Quintana y Alex García protagonizan esta historia de amor, de encuentros y desencuentros vitales, de la que su director nos ha podido hablar.
«Ante tus Ojos” es una idea que se me ocurrió a finales del 2006. Recuerdo que al despertarme una mañana, en ese momento en el que ya estás consciente pero los párpados aún luchan por permanecer cerrados, me vino a la mente la idea de dos personajes que viajaban a través de sus recuerdos para contar su particular historia de amor. Me levanté de un salto y corrí hasta el cuaderno en el que escribo de forma caótica todo lo que se me ocurre y allí, en menos de dos minutos, dejé un boceto de lo que tiempo después se transformaría en la primera versión de guión. Un página y media mal escrita, con ideas vagas y cientos de tachones.
Sin embargo, con “Ante tus ojos” tuve una de esas sensaciones que pocas veces uno puede experimentar. La sensación de tener una buena historia que contar.
Un año más tarde, tras acumular cientos de notas e ideas sobre los recuerdos, escribí una primera versión de guión. Recuerdo que cuando Paco Sotelo (Co-productor) lo leyó, me miró fijamente a los ojos y me dijo: “Estás como una puta cabra”. Sin embargo, todo el mundo en Pantalla Canaria S.L. se entusiasmó con la historia pese a que de igual manera todos insistían que tenía más localizaciones que un largometraje… que necesitaría un presupuesto millonario para hacerla realidad… que con los medios de los que disponíamos era imposible llevar a cabo esa producción… Pero yo insistía en no cambiar ni una sola coma de lo que había escrito (De la versión vigésimo segunda de guión, quiero decir). Así que sacrifiqué tecnología y arrojé por la borda algunos lastres para aligerar peso y… tres meses más tarde, los 25 minutos estaban terminados. ¿Cómo conseguimos hacerlo?. Pues con cariño, horas, ilusión, trabajo y un equipo con el que llevo trabajando desde hace cinco años y que funciona como un reloj (aparte de ser maravillosas personas).
El reparto fue otro de esos momentos en los que parece que hay algo predestinado. Ya había trabajado anteriormente con Carlos Quintana, pero me costaba encontrar a un actriz que fuera capaz de hacer de Ana. Tenía varias opciones, pero continuaba haciendo casting en busca de la actriz perfecta. “Cuando la encuentre, sabré que es ella”, le decía a Jose Carlos (Dir. Producción). Fue el propio Carlos Quintana quien me habló de Sonsoles García, con quien en aquel momento iba a compartir un proyecto de teatro. Así que le escribí para que se acercara hasta la oficina. Durante la prueba le soltó una bofetada impresionante al actor con el que compartía casting. En ese momento, en aquel gesto, en la verdad de su interpretación, encontré a Ana.
Más tarde, contacté con Álex García, que en aquel momento estaba inmerso en el rodaje de “Sin tetas no hay paraíso” y “Amar en tiempos revueltos”. Me comentó que estaba muy liado y que se leería el guión y me respondería en dos semanas. Me llamó al día siguiente: “¿Cuándo rodamos?”. Le había encantado el guión y vino desde Madrid para hacer un pequeño papel y ganarse el cariño de todo el equipo.
Fueron catorce días de rodaje, donde torturé a Carlos, Sonsoles y a Álex. Además, pude contar con la participación de numerosos actores con los que había trabajado anteriormente, como Jose Luis de Madariaga, Irene Sanfiel, Dácil Schweigel, Vicente Ayala, Alba Martín, Miguel Granados, Javier Martos, etc… Tenían que estar en el corto aunque fuera de forma anecdótica.
Rodamos secuencias bajo un agua congelada, motos por Punta de Teno, lluvia, noches enteras… vamos, un rodaje de los que cuando terminas te dan ganas de hacerte una camiseta en conmemoración por la gesta lograda.
La postproducción se convirtió en un proceso solitario, en el que te olvidas de lo que querías hacer, para darte cuenta de que lo que has rodado es lo que tienes y sólo queda la resignación (un proceso de lo más habitual cuando haces cine). Sin embargo “Ante tus ojos” fue creciendo a medida que avanzaba el montaje. Luego pasé dos días encerrado con Germán Arias, el compositor de la banda sonora y poco a poco mi fe en la historia regresó con más fuerza.
Además, el cortometraje se convirtió en un curso intensivo de la maquinaria real a la que es sometida una obra cinematográfica. Aprendí mucho de los pasos de kinescopado, sonorización Dolby, pruebas de 35mm, papeleo, etc
Una vez terminado llegaron las alegrías, los estrenos, los festivales por todo el mundo (los cinco continentes), los premios en Las Palmas… recoger el premio al Mejor Cortometraje en Egipto, viajar hasta ver las pirámides gracias al corto… fue alucinante. Pero lo que más me ha emocionado son los mails de agradecimiento del público. Porque creo que “Ante tus ojos” es una historia donde todo el mundo puede sentirse identificado, sea de la edad que sea y de la nacionalidad que sea. Y si no te identificas con los protagonistas, al menos hace que te plantees cuáles han sido los momentos importantes de tu vida. Que elegirías ver en el último instante de tu vida. Saber que la historia ha movido los sentimientos de alguien al otro lado del planeta, sin duda es el mejor de los premios.
Puedo decir que “Ante tus ojos” es el trabajo del que más orgulloso me siento hasta la fecha. Es una historia que salió de lo más profundo de mis preocupaciones, experiencias, sentimientos… con esto no quiero decir que sea autobiográfica, ni mucho menos, pero sí es cierto que es una historia con la que me identifico plenamente. Hay un trocito de mí en este corto y será siempre muy especial por muchas razones.Rodamos secuencias bajo un agua congelada, motos por Punta de Teno, lluvia, noches enteras… vamos, un rodaje de los que cuando terminas te dan ganas de hacerte una camiseta en conmemoración por la gesta lograda.
La postproducción se convirtió en un proceso solitario, en el que te olvidas de lo que querías hacer, para darte cuenta de que lo que has rodado es lo que tienes y sólo queda la resignación (un proceso de lo más habitual cuando haces cine). Sin embargo “Ante tus ojos” fue creciendo a medida que avanzaba el montaje. Luego pasé dos días encerrado con Germán Arias, el compositor de la banda sonora y poco a poco mi fe en la historia regresó con más fuerza.
Además, el cortometraje se convirtió en un curso intensivo de la maquinaria real a la que es sometida una obra cinematográfica. Aprendí mucho de los pasos de kinescopado, sonorización Dolby, pruebas de 35mm, papeleo, etc…
Una vez terminado llegaron las alegrías, los estrenos, los festivales por todo el mundo (los cinco continentes), los premios en Las Palmas… recoger el premio al Mejor Cortometraje en Egipto, viajar hasta ver las pirámides gracias al corto… fue alucinante. Pero lo que más me ha emocionado son los mails de agradecimiento del público. Porque creo que “Ante tus ojos” es una historia donde todo el mundo puede sentirse identificado, sea de la edad que sea y de la nacionalidad que sea. Y si no te identificas con los protagonistas, al menos hace que te plantees cuáles han sido los momentos importantes de tu vida. Que elegirías ver en el último instante de tu vida. Saber que la historia ha movido los sentimientos de alguien al otro lado del planeta, sin duda es el mejor de los premios.
Puedo decir que “Ante tus ojos” es el trabajo del que más orgulloso me siento hasta la fecha. Es una historia que salió de lo más profundo de mis preocupaciones, experiencias, sentimientos… con esto no quiero decir que sea autobiográfica, ni mucho menos, pero sí es cierto que es una historia con la que me identifico plenamente. Hay un trocito de mí en este corto y será siempre muy especial por muchas razones.
VER CORTOMETRAJE «ANTE TUS OJOS»